¡Sobre mí!

Pensé que sería divertido mostrar quién se encuentra detrás de 
         Pintalo de Rojo. Iré añadiendo cosas con el tiempo así que... 
Estad atentos!

Nunca me han despertado especial cariño ni los perros ni los gatos, aunque debo admitir que cada vez me parecen más achuchables -algunos-. El mejor sitio del mundo mundial es el pueblo de mi abuela; ahí está mi tranquilidad, la mitad de mi infancia y mi familia. A menudo utilizo el punto y coma aunque no venga a cuenta; porque queda genial. Me gusta todo y nada a la vez; odio ser tan indefinida. Mi mayor defecto es que idealizo demasiado a la gente que me despierta interés. Pierdo la cabeza cuando me enamoro y no llego a encontrarla de todo con el tiempo. Aish, el amor. Tengo ganas de marcharme a otro país por unos meses. O visitar Praga. La relación con mis primos es algo que me llena de verdad. Si alguien se colara en mi mente fliparía en colores. 


Soy muy feliz bailando y escuchando música en mi habitación. Juego a tennis. No entiendo cómo puedo tener buena fuerza para golpear la pelota con la raqueta y no la necesaria para abrir una botella de agua. En el desierto, me moriría de sed aunque tuviera varias botellas  sin abrir. Disfruto leyendo pero muy pocos libros han conseguido transmitirme algo. No soporto las películas de acción, guerras o luchas.  Me gusta la cerveza, la Voll-Damm sobretodo. Y el helado de chocolate. Pienso que ser buen profesor tiene un mérito enorme, quedan muy pocos que transmitan entusiasmo. No me veo de profe, o sí, no sé. Me veo más haciendo de guía en un museo, o en una ciudad; con un paraguas abierto un día de sol para que me sigan los turistas. 


La mayoría de las canciones que me llegan a obsesionar no me gustaron la primera vez que las oí. Tengo poca paciencia a la hora de leer poesía. Al mismo tiempo, alucino al escuchar un poema en boca de un buen recitador. Adoro que mi abuela me caliente los pies por la noche cuando dormimos juntas. Me cuesta bromear si no estoy con gente de mucha confianza. Mi madre dice que de pequeña pensaba que sería "mujer del tiempo". Adoro sentir que floto después de nadar.  Me da vergüenza la idea de que alguien esté leyendo lo que escribo. Me cuesta mostrarme. La rumba alegra mis oídos. Quiero llegar a dominar bien el francés pero tras años estudiándolo  todavía dudo si se escribe je m'appelle o je m'appele.

Ah! Y el color rojo ;) Próximamente más y mejor! 


Idoia.

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